El fenómeno COVID-19 ha potenciado la necesidad de ofrecer a los alumnos y alumnas una continuidad del aprendizaje en formato presencial, el semipresencial y el online, haciendo también un mayor uso de redes sociales como distribución de información del centro.
Tan solo ha pasado un año desde que tuvimos que enfrentarnos a una realidad educativa completamente desconocida. La pandemia provocada por el coronavirus nos puso a todos a prueba, teniendo que adaptarnos a entornos muy alejados de la tradicional educación, para realizar unas actividades completamente nuevas y distantes de nuestra zona de comodidad del aula.
Obligados a estar en casa, fueron días en donde tuvimos que trasladar el aula a nuestros hogares. Parecía algo imposible, pero llegó. Fue muy complicado adaptarse a esta situación: hemos tenido que actualizar las competencias digitales del claustro, formarnos en herramientas de gestión y creación de aulas virtuales y, por último, cómo evaluar con herramientas digitales.
Tecnología en la nueva realidad educativa
A día de hoy, nadie puede dudar de que el aprendizaje online ha tomado una parte de la enseñanza actual, no podemos prever hasta cuando, pero sí podemos afirmar que ha producido un avance en cuanto a la formación digital de los alumnos y que en ese sentido su éxito es incuestionable. Como tarea adicional, los profesores tenemos una labor importantísima: para que el alumno, y en concreto los que tienen más dificultades, no se desenganchen del aprendizaje, nuestra labor también implica conocer a los alumnos, comprender lo que les motiva, aumentar su confianza, ponerles retos, etc. Para los profesores, sin duda, nuestro reto es aprovechar la tecnología de la manera más eficaz.
La educación a distancia ha cogido impulso en los últimos meses, y el futuro de la educación está tendiendo hacia este nuevo modelo educativo que compatibiliza y combina el aprendizaje presencial y online. Pero la mayoría de los elementos fundamentales para ser un gran profesor no han cambiado: la compasión, el amor por el tema que enseñamos, la empatía, la paciencia, la dedicación. Un profesor completo debe tener la habilidad técnica y además ser buen maestro para transmitir los conocimientos al alumnado, ya que desde hace un año estas habilidades van de la mano, y de su buena integración el resultado será un buen proceso de enseñanza-aprendizaje.
Apuesta por la tecnología del Colegio San Pedro
Durante este curso hemos sido capaces de integrar en nuestras programaciones las diferentes eventualidades que se pueden producir, cambiando de una modalidad de enseñanza a otra sin que se produzca ningún contratiempo al respecto. Actualmente en el colegio llevamos una enseñanza presencial hasta 2º de ESO y semipresencial en 3º y 4º de ESO, pero como las situaciones demandan en ocasiones que alumnos o clases completas tienen que cumplir cuarentena, todas las fases están contempladas en las programaciones del profesor. Padres y alumnos saben en todo momento y sin perder ni un solo día cómo se impartirá la enseñanza. Lo que hace un año nos parecería totalmente imposible.
En este sentido, y para proporcionar la conectividad de los alumnos que más necesidades tanto digitales como académicas precisan, nos hemos acogido a las ayudas que desde las Administraciones nos han dotado, tanto de ordenadores como de tabletas, siguiendo los criterios que nos han pautado para su uso.
Desde el centro también se hace un acompañamiento a aquellas familias que presentan alguna dificultad digital, para solventarla y así poder seguir los contenidos que indica el currículo de cada asignatura.
Y como la situación que atravesamos tiene una difícil predicción, lo que sí podemos asegurar es que la formación de nuestros alumnos en competencia digital ha dado pasos agigantados para el desarrollo y aprendizaje del alumno, que le ha hecho dominar determinadas herramientas, funcionalidades, aplicaciones que, en un futuro, serán igual de necesarias que las académicas, dotándole de una visión global de cómo funcionan las comunicaciones la sociedad actual.